17 de octubre de 2014

1710

A Miguel.

Se muere el calor
al inicio del verano
y ya no tiene sentido
estacionar en tu risa,
ya no tienen qué sentir las flores
que te mande mañana,
ya no hay sentido que valga mi vida.

Se muere el calor
casi al terminar la primavera
y tu recuerdo me dice
que entonces,
debería ser otoño.
Y me parece absurdo todo esto
si te escribo otra carta más,
otro poema más,
como si todavía fuese ayer,
como si hoy aún fuese hoy.

Se muere el calor
en un día de sol
y llega el invierno cargado de agostos y julios
que ya no vas a ver.
Y comienzan a sudarme los pasados,
justo antes de que vengas a cantarme mi última nana.

Se muere el calor cualquier día
y ya nadie tendrá compasión por mis desiertos.

Y es que se muere el calor
justo antes de encender nuestra velas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario