13 de diciembre de 2015

Los Hombres Altos siempre seguirán siendo altos.
Si yo me subo
él se crece
y llegarán con sus altos brazos
a todas las partes de mi cuerpo,
a todas
podrán tocar una rodilla el talón los ojos,
mi pestaña.
Si yo me agacho,
él no se baja
y escupirá saliva y se le caerán las babas
desde su boca alta
y mancharán y tocarán mi cuerpo,
todas, las partes de mi cuerpo.

La estampida aúlla
los nudillos de una puerta
un dos tres
ya se acercan
un dos tres
no te muevas
un dos tres
no respires

un

                     [dolor]

dos

                                           [miedo]

tres

                                                                  [culpa]

Y así crecerá mi alma
agazapada bajo este cuero,
temerosa de la lluvia la tormenta
rezándole a las pieles
no te rompas, no te quiebres
ni una grieta,
no permitas la locura
no permitas          otra mano
sobre todas las partes de este cuerpo,
todas.

5 de diciembre de 2015

"El camión de los helados existe"

Destierro la culpa porque no es mía.
y todo lo que sangro tampoco me pertenece:
el dolor, el miedo, la soledad,
mis bragas
aquí,        ya nada.
Y vacía encuentro la puerta,
el tejado donde esperar la luz
de una habitación oscura
es el mundo sobre una bala,
unas manos bajo el cuchillo          y sangro,
pero ya nada me pertenece.
La piel y las uñas a jirones despojadas de este cuerpo
arrancadas de un palacio que ya
no           le pertenece:
así encuentro ahora mi cuerpo
agarra despacio el sueño,
el viento se siente más alto,
cada vez                más alto
y arañan sus cristales la carne
viva
donde habito y que no es mía;

y cómo dueles, Dolor;

y cómo sangras
sin ser ya mía,
Culpa,

desde mis dientes.