28 de abril de 2016

Se irá la gente.
Se irá la gente dejando un espacio jamás vacío.
Se irá la gente y la muerte esperará a la vuelta de la esquina
y yo nunca acudiré.
Se irá la gente
pero me quedarán los libros.
Me quedaré en los libros
sin gente.
Enfermaré en ellos y moriré en ellos
y se saciará mi muerte,
mi sed, mi miedo.
Tocarán las trompetas mi sueño,
llevarán flores a mi tumba,
pero yo estaré con los libros
y la soledad ya más nunca.
Se irá la gente, se irá la vida.
Yo me iré
pero no mis libros.
Allá quedarán cerca de mis truenos,
allá lejos del mundo
mi vida y mi gente.
Se irán todos. Marcharán como quien nace
gritando que ellos siempre quedarán.
Pero se irán.
Se irá la gente.
Compartirán celda y vino mis ojos y sus labios.
Crecerán cerca de sus manos, de sus reglas.
Morirán como quien muere
y se irá, se irá la gente.
Pero no los libros.

8 de abril de 2016

Carta número 1: "Escribo a un lugar llamado Patria"

Vivo en una ciudad extraña llena de extrañas gentes.
Habitan el espacio con sus cuerpos, con sus ropas, con su tiempo. Ocupan el suelo con prisas, con dinero, eficiencia, con "apártate de mi camino, que me estorbas".
Rebosa esta ciudad de Gentes que te recuerdan cada día que no existes, que "no, aquí no".
Y en medio de una calle, quieta muy quieta, te repites una y otra vez:
"si actúas con normalidad todo va a ir bien"
"si actúas con normalidad todo va a ir bien" "si actúas con normalidad todo va a ir bien" "si actúas con normalidad todo va a ir bien"
y te arrastran
"si actúas con normalidad todo va a ir bien"
tiran de ti, te empujan
"si actúas con normalidad todo va a ir bien" "si actúas con normalidad todo va a ir bien" "si actúas con normalidad... "si actúas con norm... "si actúas...
Si actúas. Te conviertes en alguien más si actúas: paseas por sus calles como quien conoce al panadero. Trabajas, te ganas un salario, vuelves a casa, cocinas, duermes.
Actúas como quien tiene una vida.
Qué orgullosos estarían mis padres, piensas. Y hablas con ellos y te preguntan: "¿cómo te va la vida, hija?"
Actúas y todo va con normalidad.

Las gentes te recuerdan cada día tu condición de extranjera, tu condición de refugiada. Te atraviesan la vida con prisa porque no, tú, aquí, no existes.
No vales nada.
Recuerdas entonces tu patria. Querida Patria, ¿dónde te encuentras ahora? Me prometieron cumplir mis sueños. Me prometieron una voz. Me prometieron una vida mejor, o al menos una vida, querida patria, y sin embargo ando descalza en un lugar gastado por el miedo.
Dónde estás tú ahora, mi patria,
¿dónde?.
Dónde ahora que ya no soy tuya,
ahora que soy Ajena.

21 de febrero de 2016

y escribo.

Describo el vuelo de un pájaro al dormir,
los kilómetros de azul montaña,
el aleteo de un llanto,
la caída
            al vacío
                        de una voz
                                                                                 ¡silencio!

Describo el silencio:
una rosa se está abriendo al compás de un tango, y no la escuchas.
Yo te escribo, y no me escuchas.
Y en cualquier parte del mundo
un jilguero construye el espacio
y lo habita
y tú, no lo escuchas.
Permaneces, quieta, gritando,
pensando por qué
tanto ruido.


Este poema fue escrito como respuesta a un poema de Elena López Delgado que no puedo publicar sin su consentimiento. Algún día le preguntaré a tales efectos.

15 de febrero de 2016

"Querías saber dónde guardaba yo las tazas"

(...)
Hay raíces en cada "te quiero".
He plantado raíces en cada boca y a la palabra acudo, muerta de frío, esperando el espacio, el punto negro donde ya no quepa ni mi piel.
(...)
Deja de matarme. No me nombres hoy aquí, perdida en esta llanura.
(...)
Allá se ha ido el muerto. Acá se escribe el hueco.