30 de enero de 2013

Oda a Klara

Oh, Klara, tú,
pequeña tapir de mi mesa
que lees ranas y palabras
que escribes sexo y chocolate.
Oh, Klara, tú, mi tapir
eres alta y delgada
y con los rizos en la cara
terminas mis trabajos.
Oh, Klara, tú, mi tapir
que lees a Vigotsky
y me hablas de Yets
bajo días de lluvia y hierba.
Oh, Klara, tú, mi tapir
que siempre me corriges
mi Yets por tu Yeats...
¡y qué más dará
oh, Klara,
si eres siempre mi tapir!

28 de enero de 2013

(Re)pensándo-te a mañanas.

Aprendo a quererte, poco a poco, a lunares, a pestañas. Aprendo a quererte a latidos. En silencio, con paciencia y con prudencia. De la mano, y si me guías. (Des)cubriéndo-te de huellas las arrguas de la cara, las verdades, las promesas, los secretos de una manta. A lamerte las heridas de una tripa magullada, con los versos de un poema y unos gajos de naranja (o mandarina).
Aprendo a mirarte y a besarte. Aprende a quedarte. Y aprendamos juntos el arte de hacer elipses con la lengua. Sin gramáticas ni vicios, con algo más que un poco de vainilla: bailando con las olas de una playa embravecia, atreviéndome a mirarte si me tocas, atreviéndome a dejarte si lo intentas.
Aprendo tus manías, tus terqueces y tus miedos. Me aprendo hasta a mí misma a través de tus mejillas. Los placeres con-sentidos y los nervios del filete. Las mañanas con sardinas y sordinas de un Sabina sin espinas en los labios. Las películas(,) malditas y tus besos traicioneros por venir (pero a vérselas -de versar, de verso- con mi boca).
Y todo eso aprendo con tus prendas por el suelo.

23 de enero de 2013

Gatos

Te quiero
como una gata, esta noche:
rodeando
con mi cuerpo tus tobillos,
acariciando
mi piel con tus vaqueros.
Dando un salto
a tu regazo
que te haga un poco de daño.
Acurrucándome en tu vientre,
como si fuese mi mejor cama:
tu ombligo.

16 de enero de 2013

Patch Adams.

Te amo sin saber cómo ni cuándo, ni de dónde.
Te amo directamente, sin problemas ni orgullo.
Así te amo, porque no sé amar de otra manera.
Tan cerca, que tu mano sobre mi pecho es mi mano.
Tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

6 de enero de 2013

Así, también.

Metiendo la pata.
Hasta el fondo.
Hasta lo más hondo del barreño,
casi casi haciendo un agujero.
Así también. Así también te quiero.
Y estoy aprendiendo a quererte
también esas zonas.
A besarte las heridas.
A besarte las heridas
con labios de mercromina
aguantando tus patadas,
como si mi corazón y mi cuerpo
sólo fuese alcohol
del hiriente y del que escuece
en tus rasguños.
También así.
Porque escúchame bien,
capullo,
he vuelto a empezar otro cuaderno
y esta vez no.
Esta vez me niego a dejarlo
a medias.

2 de enero de 2013

¡Se nos olvidó el bonito en nuestra lista de peces del otro día! ¿No? ¿O fue el primero? Ya no lo recuerdo. Pero sí re-cuerda. Aunque cuerda un rato rota. Quieroo decir, un tonta rota. O sea, un tanto rota. Que ya me lías las palabras de tanto amor que me vuelve loca. ¿O era cuerda? Ya no lo recuerdo. Pero sí te recuerdo en tu cama tumbados, de a dos. Eso no se olvida, eso no se oh-la-vida. Vida. Como tú.

1 de enero de 2013

El primero.

Y de pronto tú en mi habitación. Tú en mi cama. Tú en mi baño. Tú en mi piel. De pronto tú por todas partes, como si estuvieses aquí. El estómago me da un vuelco al corazón. Y te echo de menos sin ni si quiera haberte ido. Y me pongo a buscar vuelos o viajes para tenerte un rato más del que mandan los relojes en nuestra cama. Porque de camas no se habla, esas se deshacen. Y tú y yo nos hicimos la mañana con las manos. A bocados. Pero yo sólo quiero que llegue ese día en que hagas de mi piel tu cama. Y me deshagas para hacerme la mañana.