21 de febrero de 2015

Busco refugio en el abrazo
de una realidad que me olvida.

Abrazo la piel, acaricio los huesos.

Llevo de la mano el cuidado
de un beso
que encuentra la salida
en el pomo de una puerta
cerrada.
Sostengo la fuerza de ocho titanes
mudos
con dolor de infancia.
Aparezco la sonrisa en un espejo
que nos crea
reales
un segundo.

De quién la mano?
De quién la fuerza?
De qué el olvido?

Aprieto fuerte la huida,
la búsqueda del fuera.
Veo las rejas en sus manos,

la justicia de los besos
huele distinto el tiempo.

Permanezco a la espera del silencio
desde un ruido que no cesa
sujetando la sonrisa,
la existencia
de quien busca su propia muerte.

Permanezco
a la espera de los pasos.
Crece el silencio de una planta
en la ventana,
tango acústico del polvo
nombra libre la caricia,
huele a té el vuelo de una pluma.

Nada pesa.

Desliza el viento un violín rojo
entre las alas de quien vuela,
se hace espiga cierta
un ballet para bambú,
alguien da un concierto en mí
menor para el silencio.

Nada pesa.

Lento el tacto, hunde
suave, el cuerpo hueco.
Flota la mano,
vence el peso, el delicado cementerio.

No puedo perseguir el poema,

cierra la verja,
desaparece.

Nada pesa.

20 de febrero de 2015

1858

It's all I have to bring today -
This, and my heart beside -
This, and my heart, and all the fields -
And all the meadows wide -
Be sure you count - should I forget
some one the sum could tell -
This, and my heart, and all the Bees
Which in the Clover dwell

Emily Dickinson

19 de febrero de 2015

Se acercan las fieras
cuidando el "no ruido,
no miedo"
y el tacto certero
se hace olor desnudo
de una sonrisa callada.
La tierra se hunde en el espacio exacto
en que una fiera deja huella
lenta caricia
del hocico desgarrando la piel
desnuda
certero el polvo
que se alza si caen los cuerpos
yacen lejos
las palabras de este muro
y la claridad en calma
hace sol en mis rodillas
blando el beso, seguro el labio
de una carrera de puntillas
y se hace caricia la delicadeza de tu mano
sobre mi piel blanca.