23 de diciembre de 2013

Otra vez ella: Tania.

Nunca pares de sonreír o me bajo
de este mundo.
Si tú te bajas yo dejo de sonreír.
Entonces. Pacto hecho.
Te quiero, porque somos
aunque no estemos.
Y eso ahora no se lleva.
Pero nosotras lo guardamos
en los bolsillos internos de la solapa del traje de noche del corazón.
Y lo llevamos. Y somos. Aunque lo guardemos y no estemos.
Y podrán pasar los años, la vida como un tren sin vías, descarrilado, que yo te sonreiré aunque llore.
Y yo seguiré en el mundo aunque tenga ganas de bajar, porque tu sonrisa ilumina el mundo, y las dos vivimos en el mundo. Y alguien tiene que dar luz para que mis sombras sigan vivas.
"Golpe de estados de ánimo. Todos al suelo"
Mal(-)decíamos lo que sentíamos. Pero nos queríamos bien.
Bájame las penas.
¿En escaleras o ascensor? Ponles paracaídas que voy.
En escaleras. Al vacío. Como el mundo.
Mejor sin parar la caída.
Al vacío como el queso

15 de diciembre de 2013

Labios.

Un lugar donde no importen las virtudes, pero tampoco los defectos. Donde al abrazar a esa persona puedas sentirte en tu hogar.
Quizá lo tengamos idealizado, y ese lugar no sea un amor. Pero yo siento que es un amor lo que necesito. Esa pieza que me falta. Un él concreto al que dedicarle mis poemas. Un él concreto que me dedique sus mañanas, sus sonrisas, su todo.
Y no lo encuentro. Y al que encuentro no me gusta. O no le gusto. O no nos gustamos. O no funciona, o cualquier otra excusa barata de mercadillo. Y mientras ese él no llega busco enamorarme o ahogar mis penas en otros labios, en otras manos, y otros brazos, pensando que pueda llegar a venir de pronto ese él.
Un él que creo el salvador de todas mis penas. Quizá no lo sea, pero necesito creerlo.
Todos los labios en los que escondo mis pedazos son pozos sin fondo, calles sin salida con luces de neón que avisan y yo ya conozco porque estuve miles de veces ahí, en esa calle, en ese pozo. Pero da igual, vuelvo a entrar de nuevo, cansada de esperar en la calle, quieta, en medio de la tempestad, aguantando el frío invierno. Parece que esa es la única manera que tengo de entrar en calor. De sentirme acompañada un rato. Para luego sentirme solísima, al ver que todo era una mentira que ya conocía.
Y a veces digo "capaz me cruce por la calle con el amor de mi vida", o "lo voy a encontrar en otro lugar" y doy vueltas y miro, y todos están en otra. Y siento que espero algo que no llega.
Y voy por la calle buscando unos ojos que respondan a mi llamada. Y si se cruzan, en contacto visual, de pura casualidad, creamos castillos en el aire con tal de sentir eso en el estómago, todas las mentiras que nos conducen a esa calle iluminada en la sombra que tan bien conocemos.
Así pasan los días: entre los labios que anhelo y los que consumo.

Gata el día 15.

Hoy estoy muy gata. Y me deslizo entre tus piernas, provocativa, acariciándote los tobillos con mi piel blanca y suave, lentamente, arqueando el lomo de escalofríos cuando nuestro último contacto se pierde entre tu mano y mi cola, momento que alargamos para no saltar al tejado y ver las estrellas, sola, moviendo la cola al compás del tiempo y el invierno, esperando a que vengas a besarme las entrañas.
Hoy estoy muy gata. y subo al tejado sólo si subes ya conmigo, porque "ya se ha ido el sol y hoy hace mucho frio".
Hoy estoy muy gata. y si no subes salto sobre tu regazo y me acurruco sobre tu ombligo, protegiéndonos de invasiones polares.

2 de diciembre de 2013

Abrazos

Hoy me han abrazado muchas personas. Muchas personas me han abierto sus brazos y su corazón durante los últimos 4 días. Hay abrazos que transmiten rabia. Otros que son paciencia. Otros cariño. Hay abrazos que son alegría. Los hay que son pésames. Complicidad, dulzura, o calor. También hay abrazos que transmiten miedo, frialdad o shock. Hay abrazos de muchísimos tipos. Y luego están los suyos. Los suyos que son paz. Son abrazos que me acunan y me alivian el corazón. Llenos de magia, amor y tranquilidad. Abrazos que me permiten un espacio de alivio entre tanta tormenta. Y sólo los suyos me hacen sentir eso. Sólo los suyos me calman de tal forma.
Gracias.

1 de diciembre de 2013

La muerte lleva tu cara
y frío.
Diciembre empieza sin ti
y en minúsculas.

"La vida sigue mientras alguien recuerda.
Hoy brilla una estrella más en el cielo.
Y yo, te veo por mi ventana"

Tania

Así me salva Tania:

"Ella, no sabe cuánto mundo me enseña con tan sólo sonreír.
Hoy, quiero que sepa todo lo que no puedo explicar: Te quiero a boca cerrada y corazón abierto, para así no dejar que entren moscas y tú, no dejes de llenarme el fondo del vaso.
Eres la más fuerte de Madrid, la que sabe cada cicatriz de mi cuerpo, la que un abrazo sabe transmitir un mundo entero y cura.
La vida no es fácil ni lo será nunca, pero con personas como tú, yo soy feliz. Eres las fuerzas, las ganas, la felicidad, la belleza, la sencillez que muchas de ellas desearían, pero sólo tú.
Me sobra decirte mucho más. Sálvate del mundo, pero no de mí. Mira arriba, sonríe aunque estés en un mar inmenso.
Es mucho más triste este, ese, aquel, ese otro, que se creen vivos y no saben que los zombies están en sus espejos.
Te quiero, Sara."