18 de noviembre de 2012

Habrá merecido la pena

Y es que se me encoje el alma
y se me eriza el cuerpo
con sólo pensarle a menos
centímetros de mí de los que ahora
nos separan.
Con sólo saberle bailando conmigo,
en mi cama.
Creando un mundo
paralelo donde nadie nos sepa,
nos mire o nos diga.

Un mundo paralelo
suyo y mío.
Pasa sabernos vacíos,
llenos del otro.

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