13 de octubre de 2012

Casi.



Cuando estás tan cerca del tiempo, del sabor (,) de los besos. Cuando estás tan cerca del color de tu mirada, del olor (,) de tus manos. Cuando te han dicho que puede ser y al final no es, sólo te queda intentarlo de nuevo. Así que, en la oscuridad de mi habitación, tumbada en la cama, diseño un plan de ataque para conquistar tu mundo.
Numerosos ejércitos provistos de las armas más destructivas se adentrarán en las cuevas más oscuras del monte de tu cuerpo. Estudiarán los recodos y caminos. Se enfrentarán a todos los monstruos que aparezcan.
Escalarán montañas, saltarán ríos. Día tras días, noche tras noche. Lucharán.
Trazaré un mapa señalando el tesoro con una X. Armaré de valor y prudencia a mis soldados. Con sus verbos y mis caricias, desde tu frente hasta los dedos de los pies. Con mi impaciencia y mis silencios desde tu hombro izquierdo a tu corazón. Con mis virtudes y mis defectos, desde tu corazón a tu hombro derecho. Tu cuerpo desnudo y vestido, con miedos y cepos. Con bombas y abrazos. Con todo lo que tengo y mis mejores cartas para hacerte trampas. Con todo lo que me ocultas, y con todo lo que me dejas ver. Con icebergs y paciencia. Con todo y con nada, con mis sueños y tus nubes de humo.
Construiré mi fuerte con sacos, allá donde araste un hueco para mi cabeza, sacaré las rosas y los versos, y a disparar.
Y si son derrotados, con honor se levantarán y sanarán sus heridas para luchar de nuevo.
Eres mi destino a conquistar.

Siempre creíste que tenía un plan malvado contra ti. Ahora que ya lo sabes, ya puedes huir…
Tal vez quieras quedarte (y todo)


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