4 de julio de 2012

Mr. H.


Déjame que esta noche te hable del amor.
¿Crees en los amores a primera vista?, ¿en los flechazos? El amor es algo más que eso. El amor debe ser algo más que eso. Debe ser algo más que una simple pasión. El amor es algo más que una conexión a primera vista, algo más que una atracción mutua.
El amor debe ser eso que te hace estar al lado de una persona día tras día. Y si no, mira a esos abuelitos que aún siguen juntos (después de tantos años). El amor es algo que se construye cada día, paso a paso: con cada sonrisa, con cada caricia, con cada detalle. No surge de pronto, no. El amor se hace de los pequeños detalles (como las grandes cosas… como las grandes personas).
El amor es algo fácil, no es algo que suponga un esfuerzo. Si supone un esfuerzo, créeme, no es amor (ninguna relación que suponga esfuerzo es de verdad)
El amor es el centro de ese triángulo donde los psicólogos colocan: intimidad, pasión y compromiso. Es lo que cantaba Edith Piaf en “La vie en rose”, es... ¡L’amour!
El amor son sus sonrisas, sus caricias, y su forma de mirar. El amor es la primera conversación que tuvisteis, la primera vez que os besasteis, la primera vez que bailasteis. El amor su cara recién levantado, su manera de dormir. El amor es cuando se cabrea, cuando grita, cuando te besa. El amor es cuando te abraza. El amor es ese detalle. El amor es su canción, su película o su autor favorito. El amor es cuando descubres cuántas cosas tenéis en común. El amor es cuando descubres en cuántas cosas diferís. El amor es esa croqueta quemada, esa galleta reblandecida en la leche por un beso largo de buenos días. El amor es esa peli tirados en el sofá. El amor es esas copas con tus amigos. Con los suyos, también. El amor es esa hora y media delante del espejo para vuestra primera cita. También es esa sonrisa mientras limpias el baño y la cocina. El amor es vuestra primera pelea. El amor son sus gestos y sus manías. Sus manos, sus pies, sus ojos, su espalda. El amor es su nariz.
El amor no es eso de los cuentos de hadas, ni lo que cuentan los libros, ni lo que dicen las canciones. El amor es todo lo que sucede mientras escuchas el cuento de hadas, lees el libro o cantas la canción. El amor es esa sonrisa que se coloca en tu boca mientras haces eso.
El amor es todo eso que puedes decirle, pero sobre todo es eso que no puedes decirle.
El amor es lo que cree alcanzar el adolescente. Pero el amor es una utopía: nunca se alcanza, pero siempre se persigue (o debiera perseguirse).
El amor es lo que esta noche escribo.
El amor es esto.

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