19 de octubre de 2015

1910


"Escribiste que se podía entrar en un espejo"
Se reúnen frente a frente
los rostros desfigurados del miedo
buscando alargar la sombra.
Impermeables a la espera
sobre tu aliento
edifican ciudades sobre la grieta
caricias / sobre un reloj de arena.
Se han puesto de gala todas las larvas
esperando al sol
para ver llegar, al fin, la niebla.
Pero nunca escribiste que se podía entrar en un espejo
y consumir tus pies bajo mis dedos.

Se reúnen frente a frente los rostros de este miedo
pero allá no quedan nombres,
tan sólo un amasijo de muñecos de cera
sin sombra.







Fotografías: Raquel de la Cruz Lopez

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