21 de agosto de 2014

Pequeños proyectos de perfección

Os asomáis al mundo
queriendo descubrir la magia de las pompas de jabón
pero antes de bajar,
los colores del vestido conjuntados.
Subís a columpios que os acercan un poco más a la luna
y joder, casi creéis volar
mientras saltáis temerariamente a la arena del parque
pero por dios, ten cuidado que te vas a manchar la ropa.
Cómete toda la comida
pero engúllela, que si no, no nos da tiempo.
Juega, pero sin hacer ruido que me molestas para ver la televisión.
siéntate recta y mantén las composturas,
espera a que los mayores terminen de hablar,
no te manches mientras comes,
si no te gusta tu cuerpo, tranquila, lo puedes cambiar.
El pelo demasiado rizado,
los muslos demasiado grandes,
las caderas demasiado anchas,
el pecho demasiado pequeño,
la piel demasiado blanca,
90-60-90.
No te aceptes, tranquila, todo se puede cambiar.
Y si aún no se puede, se inventará.
Pero por favor,

no
te aceptes
porque aún no eres como yo quiero.
Ni se te ocurra aceptarte
que todavía puedes cambiar.
Lo más importante es que seas
un pequeño proyecto de perfección.

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