4 de septiembre de 2013

Virfectos

¿Acaso no te gusto?, ¿no te gusto como persona?, ¿no te gusto como mujer?
No te estoy preguntando si soy tu mujer ideal, sino si te gusto o no.
Tú me gustas y no eres precisamente mi hombre ideal, ¿sabes? Es más, seguramente seas lo más alejado a mi ideal de hombre que he conocido. Para empezar, eres bajito. ¡Sí, no me mires así, eres bajito para ser hombre! ¡admítelo, ya! Tampoco eres muy bajo, pero eres un poco bajo. De la misma altura que yo, y yo soy una chica más o menos alta. Así que tú eres bajito.
Además, eres delgaucho y estás hecho un tirillas... ¡y tienes pelo en el pecho!
Encima eres blancucio de piel ¡y con el pelo liso! Vamos, todo un desastre como hombre ideal.
Eres un maldito escéptico y cambias de opinión según el aire que te dé. Eres moderadamente extremo, te gustan las ciudades grandes como la mierda contaminada esa de Nueva York y no compartes mi amor irracional por los pueblos. Cuando te aislas en ti mismo eres insoportable, exactamente igual que cuando estudias, y "te cansas socialmente". Y para sacarte un abrazo... ¡dios, todo un mundo necesitaría!. Cuando te enfadas eres un maldito orgulloso, y joder, fumas como un maldito camionero (cosa que odio desde que conozco a mi madre).
Pero eres tú. Y eso vale más que todos tus defectos.

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