Me saltaría mis normas,
los tejados
y nuestros precipicios por poder,
solamente,
conocerle.
Me dijo que faltaba él en el paisaje que une mis calcetines con mi labio.
Me dijo que los edificios estaban mal construidos.
Y yo no sé de arquitectura
pero sí de magia en la mirada.
Y yo tengo atravesado a ese chico en las pestañas.
Por él, yo no sé qué sería,
y no lo quiero decir
las palabras se me van por la boca bastante a menudo
pero no los abrazos.
Construyámonos los edificios necesarios
para que quepan todas nuestras dudas
a ras del suelo.
Pajaritas en los pies
para aprender a volar
con los pies en el suelo.
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