descalza tengo miedo
del hombre valiente
que a veces eres
no quiero tener que acostumbrarme a ti
para luego pelearme con tu ausencia
y buscar mi alma entre las ruinas llamadas nosotros.
no quiero aprender tus verdaderos nombres
y luego aullarlos a la luna cuando te marches,
que me sepas, que me descubras,
que ande desnuda por el mundo sin tu mano y tu sonrisa.
no quiero construirnos, salvarme en ti,
alimentar mi fe junto a tu boca,
no quiero creer en la felicidad y que entonces,
antes que tarde, vuelva a ser la casa sola,
el frío, las costillas oxidadas, la clavícula sorda
porque no estás.
(Patricia García-Rojo)
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